jueves, 2 de septiembre de 2010

NiNe y la autoridad

Desde mi más tierna infancia siempre había sentido un gran respeto y admiración por aquellos colectivos, entre otros que se encargaban de “servirnos y protegernos” como los bomberos, policía y colectivos similares.

Recuerdo yo que en mis viajes en la “Alsina”, cuando en los autobuses se podía fumar y cada asiento tenía tres quemadas de cigarrillo en la zona de la entrepierna, la espuma de los reposabrazos arrancada, chicles mezclados con bolas de papel de plata en el cenicero y un inconfundible olor correspondiente a la suma de embrague quemado, mortadela y sudor de guantes de esquiar que los niños que circulábamos hacinados en el mismo soñábamos con atrapar a los malos, apagar fuegos, etc…

Pues bien el otro día un agente de la policía autonómica catalana, más conocida como los jodidos MMEE, hizo que en lugar de admirar la profesión y el valor de los agentes me indignara y quisiera gritar al cielo lo de las películas americanas “ Soy ciudadano, pago mis impuestos y TENGO MIS DERECHOS” (Quede claro sólo me quejo, del payaso vestido de uniforme que me paró y de su nula educación). La historia fue así:

Estaba parado en el coche en un callejón muy pequeño de un pueblo muy pequeño, sin ningún coche detrás hablando por teléfono sin manos libres y sin llevar el cinturón (todo un atrevimiento teniendo en cuenta que soy neutro, pero tenía prisa y sólo iba a recorrer 300 metros). Arranco y paro 100 metros más adelante (ya sin el teléfono). Una patrulla que me ha visto, me sigue y al parar, comprobación de documentación, etc…

No reproduzco el diálogo ya que fue largo, en todo momento reconocí mi infracción y expliqué que estaba parado en un callejón intransitado.. La respuesta fue, que no me justificara, que sino sabía el código de circulación, si prefería pagarle 200 euros y tres puntos que comprarme un manos libres (ya lo llevaba y no lo usé por lo que trataba de explicar)en un perfecto catalán chillado. Total que me tuve que morder la lengua y aguantarme los puños para no darle 4 ostias y cagarme en su pu.. madre, teniendo que claudicar y decir: Si señor agente, tiene usted toda la razón y he cometido una infracción que no volveré a cometer, para que así henchido de poder y mala leche el tío me perdonara la vida y no me multará.

La conclusión del Nine es que si me tenía que multar lo hiciera ya que en ningún momento lo niego y ley en mano tenía razón, pero me da pena que individuos maleducados, faltones, chulos y prepotentes como ese tengan tanta autoridad y el derecho a llevar un uniforme.

11 comentarios:

Belén dijo...

Bueno, es que muchos se meten en ese tipo de trabajo para tener el poder que siempre se les ha negado... y claro, aprovechan...

Besicos

JasJ dijo...

"""Total que me tuve que morder la lengua y aguantarme los puños para no darle 4 ostias y cagarme en su pu.. madre""


luego el exagerado contando historias soy yo XD

pero que vamos, toda la razón...se aprecia, agradece y valora el trabajo de estos gremios, pero cuando lo hacen bien y son justos... con tipejos así, no!

Anónimo dijo...

Doy fe de la verdad del acto. Yo estaba y la humillación de ese ignorante le corroyó las entrañas. Suerte que después se le pasó.

Anónimo dijo...

Estoy con Belén, creo que hay gente que necesita tener poder y por eso elige este trabajo. Y habrá individuos que sean lo más repugnante de la tierra y que estén a años luz de uno en cuanto a educación, pero ellos son los que tienen la última palabra. Es mala suerte, cruzarte con un mal tío que tiene un mal día. Hay que joderse...

GiRo dijo...

A mi tb me ha pasado un par de veces y la impotencia es infinita, pero para que estan los blogs sino para decir lo que te venga en gana, jurar en arameo y sobretodo para cagarse en los clavos de cristo. Es mejor descargarse aqui que delante del "señor guardia".
Aunque estoy convencido que te dieron ganas de decirle:-es usted mi padre? no verdad? pues la moralina se la cuenta a su puta madre y a mi, por favor, pongame ya la multa que tengo prisa.

animo

Anónimo dijo...

Parece que algunos todavia rememoran la epoca Franquista, llevar el uniforme les carga con una fuerza sobrenatural y divina enviada desde el mas alla por el mismisimo generalisimo...en fin que cuando se quitan el uniforme las patitas se les doblan y son uno mas de la pandilla, que pena, que trato. Animo Nine, es una experiencia que tarde o temprano tenemos todos, por desgracia.....

niño neutro dijo...

Belen: Ya te digo si aprovechan, en fin esperemos que algún día se den cuenta de su error.

Jasj: Exagerado yo??? Todavía me he quedado corto en el relato, evitando contar cuando me quemaban los brazos con cigarros y me obligaban a declararme culpable bajo los violentos golpes de las porras, ah no, esto es exagerar...

Anónimo 1: Gracias por aclarar la verdad de los hechos.

Rune: Es verdad, lo único que queda es la impotencia.

Giro: Vaya si lo pensé, hasta que imaginé los euros y los puntos que me iban a volar tan buen punto abriera la boca.

Anónimo 2: La época franquista por fortuna no la he vivido, pero me hubiera gustado que el guripa vestido de uniforme se hubiera quedado en ella.

Rara Avis dijo...

Circunstancias como esta suele pasar, lamentable si, pero realidad...

Abrazos...

Mar dijo...

joer que caracter!!, ajajaja... Cachis, suerte tu que te mordiste la lengua si lo hago yo me enveneno, con lo cual yo directamente haciendo gala de años de práctica, le hubiera montado un dramon en plan sorbida de mocos, no lo volveré a hacer y todo esto bañada en lágrimas de cocodrilo por supuesto!! Lo acompañaría todo de un generoso escote, ajaja.

Saludos desde la roca que me cobija.

Mar (... una humilde vendedora de humo)

niño neutro dijo...

jajajaja, Digno de ver Mar! ventajas de ser una mujer supongo! imaginate que me pongo yo un escote y empiezo a llorarle al guardia, lo mismo me llevo una multa y una paliza!
P.D:gracias por pasarte y leerte todo el blog, jeje.
P.D.2: Ei , a los demas que habeis pasado tb gracias, es que estoy sin internet ultimamente y no escribo lo que quisiera.

BÚHO dijo...

Hola, comparto, no sólo tu exposición de los hechos, sino tus emociones de aquel momento, pues algo similar me sucedió a mí.
Un saludo.